La Estirpe del Fugitivo
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Mensaje por Soledad Márquez 02.06.16 17:31

El día ha terminado de desaparecer hace varias horas. Los coches se están aglomerando en una zona yerma de Vallecas. Hace tanto frío que ni los yonkis tienen ganas de pulular por los alrededores... Aunque con un subidón se olvidan de que están cerca de Entrevías, o cerca de Villa de Vallecas, y creen que han llegado a la estratosfera.
¿Frío? ¿Qué frío, de qué hablas? Con un subidón todo da igual.
Todavía no se han establecido rutas para que las furgonetas repartan metadona. Podría decirse que no hay nadie con ganas de encargarse de esos pobres diablos desnutridos que han perdido el contacto con la realidad... O, por lo menos, nadie con suficientes recursos como para marcar la diferencia.
A excepción de La Espada de Caín. Ellos tienen recursos, y tienen tantas ganas de un subidón como los mismos drogadictos que se refugian en esos portales cuyos cierres se han saboteado para poder protegerse del invierno.
Pero su subidón es diferente. Y Soledad Márquez está preparada para llevarle droga de la dura a los Cainitas que la anhelan. Es la sangre, es la violencia, es la consciencia de ser superiores a toda esa puta basura mortal. Es la crueldad, disfrutar del poder sin remordimientos. Pero... ¿Qué cojones? Si todos sabemos que le podemos hacer lo mismo a los animales y a los cabezas de pala. La supervivencia se gana con sudor. La posición, el título de Sabbat no puede ostentarlo cualquiera, y eso, queridos asistentes, es lo que diferencia a los desperdicios que hoy van a morir, y a los que van a morir mañana, y a los que murieron antes del puto nacimiento de Cristo de aquellos que se han ganado su derecho de estar aquí.
Y si no, que pregunten a los Lasombra que derrocaron a su Antediluviano. Esos sí que tienen cojones y derecho a hacer lo que les salga de los huevos.
Escenario (exterior):
Soledad carga hasta el lugar acordado por todos como centro lúdico Cainita con un viejo tocadiscos que lleva una pegatina de los phoskitos "el amigo enrollado que está siempre a tu lado" que vete tú a saber quién coño la puso.
Descubre que hay un par de graffitis nuevos en los muros exteriores de la fábrica, pero todavía siguen presentes los favoritos de la Tzimisce "Juan Carlos, macho, Sofía te la pega con Camacho", "La democracia con Fraga es como joder con bragas" y algunos dedicados al Caudillo.
Tras cerrar la puerta del coche con un golpe de la cadera, Soledad empuja el tocadiscos hacia el centro de los coches que ya han llegado. Mario, que exhibe orgulloso sus nuevos codos con una camiseta de manga corta del disco que Iron Maiden sacó el año pasado, "Seventh son of a Seventh son", enchufa el tocadiscos a una chapuza de las suyas para que le llegue la electricidad.
- ¿Has traído música, Madre? -pregunta.
- Nos ha jodido... -y le tiende "Blood Fire Death", de Bathory. Mario pone primero la canción que le da nombre al disco.
Música:
El volumen hace que todo tiemble. El suelo, el cristal de los coches... Los mortales temblaban de antes, y ellos no cuentan.
Soledad mira a su alrededor. La Espada de Caín se reúne en los alrededores de la fábrica, y muchos se acercan a ella para saludarla y preguntarle. Unos han traído droga, otros han traído humanos... Soledad responde con entusiasmo al respeto que le profesan... "¿Quién es la puta loca ahora, eh, mamá?".

Más adelante vendrá el discurso, pero eso será cuando todos estén dentro de la fábrica.

La noche es oscura, y la luna es poco más que una delgada línea blanca... Casi parece un guiño, una promesa, complicidad... Una invitación al exceso de drogas que van a ingerir los Gladiadores Humanos.

Off-Fases lunares:
Soledad Márquez
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